Tan solo unos instantes hicieron falta desde el momento en que me fije mejor en ti en ese parque, para darme cuenta de que ya no era dueño de mis sentidos en el rato en que me perdí en la inmensidad de tu sonrisa que dejaba paso mientras ascendía a un delicado equilibrio entre el gris y el verde en tus ojos tras unas lentillas de las cuales pasaron desapercibidas bajo mi estupefacto estado de inconsciencia debido a que sin quererlo ni saberlo te adueñaste de mis sentidos.
La noche daba paso al día mientras tu y yo dentro de aquel lugar en que la música siempre sonaba por encima de nuestras voces pero no por encima de las nuestras. Nos acercábamos cada vez un poco mas hasta que tropezando con la misma piedra volví a caer en aquellos ojos que magnéticamente me iban acercando mas a ti hasta que, justo antes de que pasara mi cuerpo ardió por instantes desde lo mas profundo emanando un fuego que hacia tiempo llevaba aletargado, aun pienso en que debiste sentir tu en ese momento...
Luego vinieron esos intentos de secuestro...
En los que terminaron en un desayuno de palabras...
Y un futuro secuestro...
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