3 de junio de 2010

El mar.

Siempre lejano, siempre cercano, siempre al alcance de una mano, pero inatrapable por esta, junto al viento danzas en tormentas en las que solo los delfines se atreven a participar.
Participe de llantos y alegrías, moviéndote por impulsos que ni tan siquiera controlas.
Puede decirse que eres libre, aunque siempre estará ahí el hombre para intentar utilizarte o manipularte, pero, por mucho que intenten retenerte hallaras tu camino a la libertad en la inmensidad.

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