Fui haciendo paradas allí donde podía dejar momentáneamente su cuerpo para seguir comiendo aquel cuello lentamente, sobre la mesa, alguna cajonera, hasta que llegamos rodando por las paredes del pasillo hasta su habitación y apoyando mi rodilla sobre la cama la fui posando delicadamente como si fuese a romperse.
Desabroche y fui besando el cuerpo que este iba mostrando, exhalaba mi aliento sobre sus pezones, lamiéndolos pasando la punta de mi lengua por ellos hasta que estos se iban endureciendo cada vez más y entonces los mordía suavemente mientras mi otra mano hacía lo mismo con su otro pecho. Mis manos y mi boca bajaban al unísono por su vientre hasta sus caderas, siendo rodeadas y abiertas lentamente por mis manos que fueron abriendo lentamente sus muslos, mi boca siguió bajando hasta su parte mas privada donde volví a exhalar mi aliento sobre su ropa interior lo suficientemente cerca y pegando mi boca a esta para que notase el calor que salía de mi boca y que después empezase a morder intentando traspasar aquella ligera prenda.
29 de enero de 2012
25 de enero de 2012
Juegos en la escalera (Parte2)
Llegamos al portal a horas que no eran las de siempre, todo en penumbra en aquellos momentos y arrojando sombras sobre los escalones, buzones y sobre el ascensor que parecía dormir hasta volver a ponerse en marcha.
Entramos en el ascensor al igual que saliamos, sujetandole la puerta mientras que ella giraba sobre si misma hasta que darse con la cabeza baja para posteriormente de un gesto apartarse el pelo de un gesto, entre y apoye mi espalda en una de las paredes, quedándonos observándonos mutuamente. Me acerqué lentamente hasta escasos centímetros de sus labios, puse mi mano sobre su mejilla y la acerqué a los míos hasta que quedaron unidos, apenas 5 segundos… me separe pidiéndole disculpas por si le había molestado. Se quedo en silencio, dejo caer el bolso, me miró fijamente y se abalanzó sobre mi sin darme tiempo a coger aire, con lo que el siguiente beso me dejo sin respiración, mientras cogía su cintura, apretándola contra la mía.
Rodamos por el interior de aquel cuadrado tan cargado de tensión día tras día y la fuimos aliviando en apenas unos segundos, el cristal se empañaba cuando apoyábamos las manos y se borraba al deslizar los dedos. Sonó el pitido que indicaba la llegada a su piso, salio del ascensor arreglándose y en el momento en que le decía buenas noches me cogio del cuello y me tiro hacia ella de nuevo en el momento en que las puertas del ascensor iban a cortar mis palabras y sus labios volvieron a encargarse de eso. Entramos a oscuras en su casa, la tenue luz de las farolas de la calle entraba filtrándose pro las cortinas de su salón, dibujando las siluetas de los muebles que se hallaban dormidos, todo estaba en silencio, desapareció adentrándose en los pasillos de su hogar sin necesidad de luz alguna y mientras intentaba no golpearme con ninguno de los objetos que allí residían decidí esperar a que se encendiera alguna luz para poder guiarme.
Salio a recibirme con un camisón y una fina bata que perfilaba cada contorno de su cuerpo, y las partes que no quedaban pegadas a su cuerpo daba la impresión de que era parte de una escultura sin terminar, se acercó a mi paralizado cuerpo, me beso una vez más, otra vez, bajo hasta mi cuello y ahí empecé a reaccionar. Correspondí cada beso, caricia, mirada y mordisco sobre su piel, me fue quitando la ropa a la vez que me iba guiando hasta, lo que yo suponía era su dormitorio, mi ropa fue cayendo y a formar parte del suelo. No llegamos mas haya del marco de la puerta del salón que ya me estaba desabrochando los botones de la camisa mientras miraba como lo hacía y a cada botón que abría mi camisa iba besándome el pecho, bajando cada vez más, sin dejar de besar y morderme.
Cuando hubo llegado al final de ésta rodeo mi cuerpo con sus brazos y subió las manos pro mi espalda hasta mis hombros, juntándonos momentáneamente hasta que termino de quitarme la camisa, entonces la luz volvió a tomar parte de la escena y perfilo mi cuerpo, dibujando mis brazos, hombros, cuello y torso mientras ella me observaba lentamente tratando de memorizar cada línea a la vez que se mordía los labios.
Rodeé su cuerpo y lo fui acercando cada vez más al mío, fui bajando besando su cuello, su clavícula y pasé el resto de su cuerpo exhalando sobre el y transmitiéndole mi calor hasta que mis manos quedaron en la parte baja de su espalda, baje las manos, acaricié su cuelo por encima de aquel camisón e introduje mis manos por dentro de sus muslos abriéndolos lentamente y le levante con mis brazos, pegando ahora su cintura con la mía, su pecho con el mío y sus labios con los míos.
Puse rumbo a su habitación…
Entramos en el ascensor al igual que saliamos, sujetandole la puerta mientras que ella giraba sobre si misma hasta que darse con la cabeza baja para posteriormente de un gesto apartarse el pelo de un gesto, entre y apoye mi espalda en una de las paredes, quedándonos observándonos mutuamente. Me acerqué lentamente hasta escasos centímetros de sus labios, puse mi mano sobre su mejilla y la acerqué a los míos hasta que quedaron unidos, apenas 5 segundos… me separe pidiéndole disculpas por si le había molestado. Se quedo en silencio, dejo caer el bolso, me miró fijamente y se abalanzó sobre mi sin darme tiempo a coger aire, con lo que el siguiente beso me dejo sin respiración, mientras cogía su cintura, apretándola contra la mía.
Rodamos por el interior de aquel cuadrado tan cargado de tensión día tras día y la fuimos aliviando en apenas unos segundos, el cristal se empañaba cuando apoyábamos las manos y se borraba al deslizar los dedos. Sonó el pitido que indicaba la llegada a su piso, salio del ascensor arreglándose y en el momento en que le decía buenas noches me cogio del cuello y me tiro hacia ella de nuevo en el momento en que las puertas del ascensor iban a cortar mis palabras y sus labios volvieron a encargarse de eso. Entramos a oscuras en su casa, la tenue luz de las farolas de la calle entraba filtrándose pro las cortinas de su salón, dibujando las siluetas de los muebles que se hallaban dormidos, todo estaba en silencio, desapareció adentrándose en los pasillos de su hogar sin necesidad de luz alguna y mientras intentaba no golpearme con ninguno de los objetos que allí residían decidí esperar a que se encendiera alguna luz para poder guiarme.
Salio a recibirme con un camisón y una fina bata que perfilaba cada contorno de su cuerpo, y las partes que no quedaban pegadas a su cuerpo daba la impresión de que era parte de una escultura sin terminar, se acercó a mi paralizado cuerpo, me beso una vez más, otra vez, bajo hasta mi cuello y ahí empecé a reaccionar. Correspondí cada beso, caricia, mirada y mordisco sobre su piel, me fue quitando la ropa a la vez que me iba guiando hasta, lo que yo suponía era su dormitorio, mi ropa fue cayendo y a formar parte del suelo. No llegamos mas haya del marco de la puerta del salón que ya me estaba desabrochando los botones de la camisa mientras miraba como lo hacía y a cada botón que abría mi camisa iba besándome el pecho, bajando cada vez más, sin dejar de besar y morderme.
Cuando hubo llegado al final de ésta rodeo mi cuerpo con sus brazos y subió las manos pro mi espalda hasta mis hombros, juntándonos momentáneamente hasta que termino de quitarme la camisa, entonces la luz volvió a tomar parte de la escena y perfilo mi cuerpo, dibujando mis brazos, hombros, cuello y torso mientras ella me observaba lentamente tratando de memorizar cada línea a la vez que se mordía los labios.
Rodeé su cuerpo y lo fui acercando cada vez más al mío, fui bajando besando su cuello, su clavícula y pasé el resto de su cuerpo exhalando sobre el y transmitiéndole mi calor hasta que mis manos quedaron en la parte baja de su espalda, baje las manos, acaricié su cuelo por encima de aquel camisón e introduje mis manos por dentro de sus muslos abriéndolos lentamente y le levante con mis brazos, pegando ahora su cintura con la mía, su pecho con el mío y sus labios con los míos.
Puse rumbo a su habitación…
24 de enero de 2012
Juegos en la escalera Parte 1 (titulo provisional)
Día tras día tras día, la veía en el mismo sitio, a la misma hora y con la misma tensión, entre cuatro paredes transcurrían lentos los segundos y los pisos bajaban como si les costase dejar ir aquel receptáculo, el panel iba restando números cada vez mas lentamente hasta que el monótono y repetitivo pitido indicaba que habíamos llegado a nuestra planta. Siempre dejaba que saliese primero para ver como andaba mientras el sol la iluminaba como si fuese una aparición a trabes del rejado de la puerta que daba a la calle, guardaba delicadamente esos segundos hasta que volvía a reaccionar y corría para abrirle la puerta y una vez mas, poder volver a ver como se alejaba mientras decía un “gracias” mientras sonreía y me miraba…cada mañana la misma dulce tortura.
Llego un día en que tragándome y pisoteando toda mi vergüenza hasta lo mas bajo de mis pies le pregunte de salir a tomar algo en esos lentos viajes en los que coincidíamos diariamente.
Si! Aquella misma noche podía pasar a recogerla, cena, tomar algo y saber algo mas de aquel ángel que en vez de volar prefería usar el ascensor. Prepare ropa, alguna conversación interesante por si surgiese algún silencio, Dios nunca había estado tanto tiempo arreglándome el pelo ni preocupándome de que ponerme, por no hablar de los nervios que sentía, mejor cojo lo primero que encuentre, si no soy yo no vale la pena, el pelo? Mmm pues como siempre, para atrás!, vale vamos.
Llamo al timbre y me abre a la vez que contemplo cada centímetro de su cuerpo de pies a cabeza, menos mal que estoy bien del corazón, pensé, quizá a cualquier otro le hubiese podido dar un algo.
La cena transcurrió rápidamente entre copa de vino, risas, y miradas que acompañaban algún gesto juguetón. Al terminar caminamos por las calles de la ciudad sin rumbo previo ya que no volvimos a nombrar si seguiríamos con alguna copa, mientras pensaba en posibles sitios a donde llevarla, me saco de mis pensamientos diciéndome que tenía ganas de irse a casa porque estaba cansada, no puse objeción y lo bueno era que nos acompañaríamos mutuamente a casa de cada uno.
Llego un día en que tragándome y pisoteando toda mi vergüenza hasta lo mas bajo de mis pies le pregunte de salir a tomar algo en esos lentos viajes en los que coincidíamos diariamente.
Si! Aquella misma noche podía pasar a recogerla, cena, tomar algo y saber algo mas de aquel ángel que en vez de volar prefería usar el ascensor. Prepare ropa, alguna conversación interesante por si surgiese algún silencio, Dios nunca había estado tanto tiempo arreglándome el pelo ni preocupándome de que ponerme, por no hablar de los nervios que sentía, mejor cojo lo primero que encuentre, si no soy yo no vale la pena, el pelo? Mmm pues como siempre, para atrás!, vale vamos.
Llamo al timbre y me abre a la vez que contemplo cada centímetro de su cuerpo de pies a cabeza, menos mal que estoy bien del corazón, pensé, quizá a cualquier otro le hubiese podido dar un algo.
La cena transcurrió rápidamente entre copa de vino, risas, y miradas que acompañaban algún gesto juguetón. Al terminar caminamos por las calles de la ciudad sin rumbo previo ya que no volvimos a nombrar si seguiríamos con alguna copa, mientras pensaba en posibles sitios a donde llevarla, me saco de mis pensamientos diciéndome que tenía ganas de irse a casa porque estaba cansada, no puse objeción y lo bueno era que nos acompañaríamos mutuamente a casa de cada uno.
9 de enero de 2012
Una noche mas se iba cerrando con los locales que en la calle se encontraban
salí un momento para coger aire descargado de gente, sudor, humo y ruido.
Volví a entrar y una mano me cogió y con la misma levedad me senté al lado de aquella mano la cual recorrí hasta encontrarme con unos labios que incitaban a ser mordidos y un ser que parecía perdido y extenuado, una alas que no podían batirse mas, se plegaron tras de si.
Adonde iba, de donde venia, contestaciones simples y estúpidas pero acabo sonriendo y era suficiente.
Espere verla entrar otra vez pero ya no volví a ver su estela hasta el día siguiente en el que puede ver a aquel ser mas puro, abriéndose lentamente como una flor, las palabras engulleron el día, recorrieron calles hasta sentarse en las escaleras donde sorprendiéndome abrió sus alas y me abrazo con ellas y sus labios se abalanzaron sobre los míos volviéndose todo dulce y tierno.
salí un momento para coger aire descargado de gente, sudor, humo y ruido.
Volví a entrar y una mano me cogió y con la misma levedad me senté al lado de aquella mano la cual recorrí hasta encontrarme con unos labios que incitaban a ser mordidos y un ser que parecía perdido y extenuado, una alas que no podían batirse mas, se plegaron tras de si.
Adonde iba, de donde venia, contestaciones simples y estúpidas pero acabo sonriendo y era suficiente.
Espere verla entrar otra vez pero ya no volví a ver su estela hasta el día siguiente en el que puede ver a aquel ser mas puro, abriéndose lentamente como una flor, las palabras engulleron el día, recorrieron calles hasta sentarse en las escaleras donde sorprendiéndome abrió sus alas y me abrazo con ellas y sus labios se abalanzaron sobre los míos volviéndose todo dulce y tierno.
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