Día tras día tras día, la veía en el mismo sitio, a la misma hora y con la misma tensión, entre cuatro paredes transcurrían lentos los segundos y los pisos bajaban como si les costase dejar ir aquel receptáculo, el panel iba restando números cada vez mas lentamente hasta que el monótono y repetitivo pitido indicaba que habíamos llegado a nuestra planta. Siempre dejaba que saliese primero para ver como andaba mientras el sol la iluminaba como si fuese una aparición a trabes del rejado de la puerta que daba a la calle, guardaba delicadamente esos segundos hasta que volvía a reaccionar y corría para abrirle la puerta y una vez mas, poder volver a ver como se alejaba mientras decía un “gracias” mientras sonreía y me miraba…cada mañana la misma dulce tortura.
Llego un día en que tragándome y pisoteando toda mi vergüenza hasta lo mas bajo de mis pies le pregunte de salir a tomar algo en esos lentos viajes en los que coincidíamos diariamente.
Si! Aquella misma noche podía pasar a recogerla, cena, tomar algo y saber algo mas de aquel ángel que en vez de volar prefería usar el ascensor. Prepare ropa, alguna conversación interesante por si surgiese algún silencio, Dios nunca había estado tanto tiempo arreglándome el pelo ni preocupándome de que ponerme, por no hablar de los nervios que sentía, mejor cojo lo primero que encuentre, si no soy yo no vale la pena, el pelo? Mmm pues como siempre, para atrás!, vale vamos.
Llamo al timbre y me abre a la vez que contemplo cada centímetro de su cuerpo de pies a cabeza, menos mal que estoy bien del corazón, pensé, quizá a cualquier otro le hubiese podido dar un algo.
La cena transcurrió rápidamente entre copa de vino, risas, y miradas que acompañaban algún gesto juguetón. Al terminar caminamos por las calles de la ciudad sin rumbo previo ya que no volvimos a nombrar si seguiríamos con alguna copa, mientras pensaba en posibles sitios a donde llevarla, me saco de mis pensamientos diciéndome que tenía ganas de irse a casa porque estaba cansada, no puse objeción y lo bueno era que nos acompañaríamos mutuamente a casa de cada uno.
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